El objetivo biológico del Western blot es confirmar la presencia, el tamaño y la abundancia relativa de proteínas en muestras complejas, con aplicaciones que van desde la investigación básica hasta el diagnóstico clínico. El uso de reactivos de alta calidad (tampones de lisis puros, anticuerpos validados, sustratos sensibles) mejora la especificidad y reduce el fondo, lo que da lugar a resultados más fiables. Por ejemplo, Sun et al. utilizaron tampón RIPA con inhibidores de proteasas y un sustrato ECL para la detección quimioluminiscente de proteínas virales. De hecho, el Western blot es uno de los métodos más utilizados en proteómica y biología celular, y sigue siendo esencial para validar biomarcadores y estudiar vías de señalización. Los reactivos de laboratorio de alta gama para inmunotransferencia (como RIPA de grado farmacéutico, anticuerpos de precisión y kits de detección optimizados) garantizan la reproducibilidad y la sensibilidad. Siguiendo un protocolo de Western blot estandarizado y utilizando reactivos de primera calidad, los investigadores obtienen patrones de bandas claros con una alta relación señal-ruido, lo que permite un análisis fiable de las proteínas en aplicaciones de investigación y diagnóstico.